Duendes



Un hombre en San Juan asegura que atrapo un duende y que lo mantuvo encerrado en una jaula varios dias y que cobraba entradas para que los vecinos lo pudieran ver, los vecinos de la localidad sanjuanina de Chimbas aseguran haber visto aun duende de orejas puntiagudas y de unos 30 centímetros de altura, que gruñe y pega alaridos tan fuertes que los perros no pueden soportar y que se escuchaban a par de cuadras en el barrio.

Tomaron las fotografias con un telefono celular y aunque ya no esta el duende y la policia no pudo verificar si es cierto o no, pero los vecinos aseguran que si que es cierto y que muchas personas lo vieron el joven Ariel Fernández es arepiente de averlo soltado.

La noticia causó tal revuelo en el pueblo que hasta la Policía local fue ayer hasta una vivienda donde aseguraban que estaba el duende, según publicó en las noticia el diario Diario de Cuyo. Sin embargo, el curioso personaje ya no estaba.

En sus numerosos testimonios, los vecinos aseguraron que el duende mide entre 30 y 35 centímetros de alto, que tiene “orejas puntiagudas”, que “camina de costado” y que “impresiona tanto que da miedo”. También sostuvieron que el extraño personaje “gruñe y de noche pega unos alaridos tan fuertes que se escuchan en todo el barrio y los perros se enloquecen”.

El hombre que dice haber tenido en una jaula al duende es Ariel Fernández, quien, sin embargo, aseguró que lo liberó el miércoles pasado, tras cobrar desde 5 hasta 50 pesos para dejar verlo. Además, dice que se arrepiente mucho de haberlo dejado ir, porque al día siguiente fue a su casa “gente de la Universidad” a querer comprárselo.

“Era impresionante. Verde, daba mucho miedo. Yo no lo quise mirar mucho”, contó una joven del barrio. “Mi mamá no se animó a ir a verlo, pero yo sí. Lo sacaron un ratito de la jaula y caminaba de costado en la mesa. No hablaba, hacía como unos gruñidos. Tenía cuatro dedos en vez de cinco”, señaló a su vez otra vecina citada por el diario.

Un adolescente fue quien tomó registros del hecho. “Yo entré a verlo y le hice fotos con el celular. Movía las manitos, era muy feo, como un viejito deforme”, agregó.

Según contó Ariel, encontró al duende “merodeando atrás del cementerio de Pocito”, cerca de donde él trabaja, tras lo cual lo envolvió en una campera y se lo llevó. “Le tirábamos carne y pan, pero no comía. También le dábamos agua, pero no tomaba”, dijo Vanesa, hermana menor del joven.

Finalmente, lo soltaron cerca de donde lo habían encontrado por dos motivos: se le había llenado la casa de gente, y “el bicho ya tenía los ojos colorados, y parecía muy triste o enojado.